Phillip Toledano, el fotógrafo de la vida y la muerte, muestra sus retratos surrealistas plagados de infinidad de elementos y figuras repetitivas. Artista conceptual que navega por las distintas expresiones del arte como la fotografía, la escultura y la pintura.
Fotógrafo americano nacido en Londres en 1968, proviene de una familia marcada por el cruce de culturas y por el arte. Su madre franco-marroquí y su padre estadounidense le enseñaron desde muy temprana edad la importancia de poseer una idea y su posterior desarrollo. Actualmente se encuentra trabajando en Nueva York y su trabajo ha aparecido en medios como Vanity Fair, The New York Time Magazine o The New Yorker, entre otros Toledano sabe cómo arriesgarse, como dar su propio desarrollo al arte y saber exprimir cada idea, siempre inspirado la mayor parte por su artístico padre, cómo el fotógrafo comenta “Sería justo decir que he aprendido por ósmosis.”
Su talento rompe las reglas ofreciendo una variedad fotográfica que escasea, caminando tanto por senderos clásicos hasta los más excéntricos, convirtiendo sus trabajos y proyectos en procesos minuciosos, conceptuales e inspiradores. Pero fueron sus instantáneas pertenecientes a Días con mi padre las que le ofrecieron la fama gracias a la multitud de visitas que recibió. Y no es de extrañar puesto que resalta cómo es capaz de mostrar su propia esencia, su propia mente y sus sensaciones. Acompañó a su padre, aquejado de demencia senil, por el camino hacia la muerte, mostrando la vejez, el incesante paso del tiempo, el aislamiento social y el intento de eludir la enfermedad.
El fotógrafo cuenta con un gran portafolio además de una serie de cortometrajes y un documental en el cual realiza la búsqueda de su propio destino y fue proyectado en el Festival de Cine de Tribeca en Nueva York (2005).
Sus claves fotográficas convierten a Philip en un fotógrafo singular extraordinario, capaz de mostrar la vida y la muerte, los caminos y los irremediables destinos.