Eric Joyner pinta un mundo donde los robots de hojalata y los donuts cobran vida.
Eric Joyner dejó su trabajo como ilustrador comercial para poder tener más tiempo para pintar lo que verdaderamente quería. Primero empezó dibujando robots de juguete y mas tarde donuts. Poco a poco fue confeccionando un mundo propio dando como resultado coloridas creaciones con mucha personalidad.
Sus cuadros están pintados a oleo sobre tablas de abedul. Se confiesa amante de los robots japoneses y disfruta creando originales representaciones de batallas galácticas mezcladas con dulces. Un mundo donde cada obra muestra lo que es sin considerarse independiente ya que cada cuadro pertenece a un hilo narrativo.