Al mirar fotografías de la época Victoriana podemos ver a sus protagonistas serios, con la mirada perdida y una forma de posar artificial.
Además de serios también podemos pensar que eran un tanto «raritos» si añadimos a la combinación unas espeluznantes fotografías post mortem. ¿De verdad era necesario retratar a seres queridos muertos en situaciones cotidianas?
Aún con el gesto serio hubo momentos para la creatividad con montajes de personajes voladores, muebles invertidos y todo tipo de “efectos especiales” que se lograban a partir de varios negativos. Uno de los montajes favoritos eran los de gente decapitada cargados de humor negro.
¿Quién lo diría?. Antes de la aparición de la fotografía a lo máximo que podías aspirar, si eras de clase pudiente, era ha salir en un cuadro. Las poses pictóricas serían imitadas posteriormente en las primeras fotos donde sus protagonistas, al igual que en los cuadros, generalmente se mantenían hieráticos y ausentes a cualquier mirada.
Hay que pensar que las cámaras durante el siglo XIX necesitaban un largo tiempo de exposición, estamos hablando de que con el daguerrotipo si querías salir nítido tenías que estar inmóvil durante 30 minutos. Hasta la llegada del colodión húmedo en 1851 no mejoraron los tiempos.
Entre el inmenso archivo fotográfico de la época hemos encontrado unas imágenes muy peculiares, contrarias a todo estereotipo. Estamos hablando de imágenes llenas de vida. Situaciones y momentos que te permiten viajar hasta ese preciso instante y experimentar junto con sus protagonistas unos segundos de diversión.
Desde BYFANZINE queremos trasladar una nueva visión de la época Victoriana con esta divertida y curiosa recopilación de fotografías.
¿Quién hubiese imaginado que las sonrisas también se podían retratar?